Una villa rica en historia, patrimonio y paisaje
Por su naturaleza, historia, patrimonio y paisaje, Aguilar de Campoo es una villa por descubrir, que acumula una de las mayores concentraciones de arte románico de Europa. Dentro del municipio destacan los capiteles de Santa Cecilia, los restos de la iglesia de San Andrés y el Monasterio de Santa María la Real, siendo uno de los centros de estudio más importantes del románico peninsular.
Esta villa es la puerta natural de la Montaña Palentina, donde los amantes del senderismo, la fotografía e incluso la escalada podrán disfrutar, rodeados de bosques centenarios y una variada fauna.
Los sentidos del turista quedarán embriagados con el característico olor a galleta que acompaña en los paseos por el sosegado paso del río Pisuerga, con su murmullo y el canto de ranas o el graznido de ocas y patos. Otro atractivo es la gastronomía, con carnes criadas en la montaña, legumbres y hortalizas de la huerta palentina y gran variedad de repostería local.
Además, el viajero podrá transportarse en el tiempo a través del contacto con la grandeza de la piedra medieval, que dejó su impronta a través del castillo, la muralla y sus seis puertas de entrada.
Aguilar se encuentra a los pies de una gran obra de ingeniería del siglo XX. Con las aguas bajas, el embalse de Aguilar descubre los vestigios rurales y las iglesias de los pueblos anegados por el agua. Además, se puede disfrutar de deportes acuáticos y de zona de baño.
Es tierra de historias y leyendas, relatados a través de más de cien escudos que decoran casas y palacios. A través de un paseo por el barrio judío y las Tenerías se puede visualizar la bella estampa de la torre de la Colegiata de San Miguel.
En esta región se pueden admirar los cambiantes colores de las estaciones, por lo que cualquier época es buena para visitar este rincón de la Montaña Palentina. Desde el invierno, con las cumbres nevadas, al juego de colores de los campos en primavera, o la gama de dorados que inundan el otoño.
Gracias a su rica oferta cultural, durante todo el año el visitante encontrará una buena razón para acercarse. Desde el Festival de Cortometrajes o el Carnaval de la Galleta en los meses más fríos, hasta el Festival de Artistas Callejeros o la Feria del Dulce, en época estival.